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Escrito por Carla Vargas y actualizado por Julia Muñoz .
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07 de octubre 2024
Según indica el Libro para la Conducción en Chile, con una alcoholemia entre 0,3 y 0,5 g/l el riesgo de sufrir un siniestro de tránsito es el doble que si no se hubiera bebido. Y si la alcoholemia marca entre 0,5 y 0,8 g/l, el riesgo pasa a ser cinco veces más.
Por ello, en 2012, la Ley Tolerancia Cero modificó la Ley de Tránsito, reduciendo los niveles permitidos de alcohol en el organismo al conducir y lo que se entiende por “conducción bajo la influencia del alcohol” y “conducción en estado de ebriedad”.
Luego, en 2014, se dio una nueva modificación a la Ley de Tránsito, esta vez por la Ley Emilia, endureciendo las sanciones por conducir luego de beber alcohol, existiendo ahora la pena de cárcel.
A continuación, conoce toda la información respecto al consumo de alcohol y la conducción contenida en el Libro para la Conducción en Chile, el nuevo material de estudio para el examen teórico de la licencia de conducir clase B.
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De acuerdo con lo indicado en el Libro para la conducción en Chile, estar bajo la influencia del alcohol significa que se tiene entre 0,31 y 0,79 gramos por mil de alcohol en la sangre.
En este caso, las sanciones son multas y la suspensión de la licencia de conducir por cierta cantidad de tiempo.
Se habla de conducción en estado de ebriedad cuando se tiene 0,8 o más gramos por mil de alcohol en la sangre. En este caso, las sanciones incluyen multas, cancelación de la licencia de conducir y cárcel.
Cuando se consume alcohol, aumentan las infracciones de tránsito, debido a que las capacidades se ven deterioradas, y además, disminuyen el sentido de la responsabilidad y la prudencia.
Con ello, el Libro para la Conducción en Chile indica que estas son las sanciones en cuanto a la licencia de conducir cuando se conduce luego de beber alcohol:
1. Conducir bajo la influencia del alcohol
2. Conducir en estado de ebriedad
Como te explicábamos, desde la Ley Emilia, existe la pena de cárcel de al menos un año por conducir en estado de ebriedad y generar lesiones gravísimas o la muerte. Además, se consideran delitos calificados:
Por otro lado, si quien conduce el vehículo participa en un siniestro y se niega, injustificadamente, a realizarse las pruebas de detección de alcohol, las sanciones serán:
De acuerdo con el Libro para la Conducción en Chile, el cerebro es mucho más afectado por el alcohol que otros órganos del cuerpo. De modo que los primeros efectos del alcohol se manifiestan en el ámbito psicológico como, la atención, percepción y procesamiento de la información.
Ya con pequeñas concentraciones de alcohol, desde 0,1 gramos por mil de alcohol en la sangre, se ve afectado el comportamiento y la conducta, lo que se puede ver reflejado en los siguientes efectos:
Estos cambios en la conducta representan un gran peligro, pues en muchos casos se desea acrecentar estas sensaciones bebiendo más.
Alguien que conduce bajo los efectos del alcohol verá afectados el tiempo de reacción y la coordinación ante un imprevisto.
Sumado a lo anterior, la mayoría de las personas no nota una reducción de su visión después de beber alcohol. Aunque la visión directa puede no disminuir, la visión periférica sí lo hace, pudiendo provocar que no se descubran los obstáculos a tiempo y ocasionar un siniestro.
Mientras más alcohol se consuma, más empeora la visión, sobre todo en forma de visión doble. Los músculos de cada ojo dejan de trabajar correctamente y, además, los músculos del cristalino y la pupila comienzan a fallar, dificultando el enfoque de la mirada.
Por todo lo anterior, la única cantidad de consumo de alcohol segura para conducir es “0”. La recomendación es que si vas a beber, no conduzcas.
Para conocer la tasa de alcohol que tiene una persona que ha bebido, Carabineros de Chile puede realizar los siguientes tipos de pruebas o análisis:
Hay diversos factores que hacen variar la cantidad de alcohol en la sangre. Los principales son:
Mientras más cantidad de alcohol se consuma, más alcohol en sangre habrá.
A menor peso corporal, mayor tasa de alcoholemia. Es decir, si dos personas beben exactamente la misma cantidad de alcohol, la que tenga menor peso va a tener una mayor tasa de alcohol en la sangre.
Las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres producen que si dos personas de distinto sexo y con el mismo peso beben la misma cantidad de alcohol, es más probable que la mujer obtenga una tasa de alcoholemia más alta que el hombre.
Es decir, si dos personas ingieren al mismo tiempo la misma cantidad de alcohol, no significa que ambas alcancen el mismo nivel de alcoholemia, ni que experimenten los mismos efectos.
La meseta, es decir, el punto máximo que alcance el alcohol en el organismo, en la curva de la alcoholemia, será mayor si se bebe en poco tiempo.
En cambio, si se bebe más lento y/o se deja pasar un tiempo entre una bebida y otra, el cuerpo alcanzará a eliminar algo de alcohol antes de recibir más.
Otro factor que determina la concentración de alcohol en la sangre es el alimento que se ingiere antes o mientras se bebe. El alimento es capaz de reducir la cantidad de alcohol que pasa del estómago a la sangre.
Un dato interesante es que la mezcla de alcohol con bebidas carbonatadas o gasificadas aumenta la absorción por el estómago.
Las personas menores de 18 años y mayores de 65 años perciben con mayor intensidad los efectos del alcohol.
Además, los efectos del alcohol son más peligrosos en conductores principiantes, pues por falta de práctica todavía no han automatizado muchos movimientos necesarios para conducir.
El alcohol se detecta en la sangre 5 minutos después de haber sido consumido. La tasa de alcoholemia aumenta muy rápido hasta llegar a su nivel máximo, aproximadamente a la hora después de haber bebido.
La siguiente figura elaborada por el Libro para la Conducción en Chile muestra un ejemplo en que la persona ingiere alcohol en un período de 4 horas y luego duerme durante 8 horas:
El cuerpo se libera del alcohol por medio de su metabolización. Se calcula que en una persona sana promedio de 70 kilos la presencia de alcohol disminuye a razón de entre 0,10 a 0,15 gramos de alcohol por litro de sangre por hora. Sin embargo, se debe tener en cuenta que esta es una aproximación.
Por otra parte, la metabolización no se puede apresurar. Es decir, remedios caseros como el café, comer dulces, fumar un cigarrillo, una ducha fría o ejercicios físicos no sirven de nada.
Por último, dormir pocas horas no garantiza la metabolización total del alcohol, por lo que provoca una conducción insegura. Además, con todos estos factores, es imposible predecir una alcoholemia.
*Imágenes obtenidas desde el Libro para la Conducción en Chile de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset).
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