

Corrían los años 90 y surgía la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) como organismo para estudiar y mejorar el comportamiento del parque automotriz. En esos años, Chile vivía una nueva oleada tuerca, con la rebaja de aranceles de importación que facilitó la entrada de marcas como Toyota, Nissan u Honda.
El boom era tal, que en el 1993 se hizo el primer salón del automóvil con más de 25 marcas, para que cada una promocionara sus últimas novedades y modelos. El mercado estaba dando saltos cuánticos de crecimiento y no, no pararía. Hoy son más de 50 marcas de autos que hay en nuestro país.
En este post te vamos a mostrar algunos de los autos más importantes y populares que rodaban por suelo nacional en la década del 90. Muchos de ellos, de hecho, siguen circulando por las calles o han llegado a actualizarse al punto de tener versiones 0 km actualmente.
Los autos más populares de los 90 son:
Si tienes más de 30 años, probablemente lo viste por las calles cuando eras chico. Clásico sedán familiar de la época y también un muy buen taxi. Al igual que el Corolla, el Toyota Tercel comenzó a producirse en los años 70, pero fue el Tercel noventero el que trascendió. De hecho, en algunos mercados se llamaba Tercel Corolla o Corolla 2.
Este buen Toyota, en su mejor versión, tenía 1.5 litros y más de 100 caballos de fuerza. En 1992 contaba con un motor 1.3 litros y 80 HP, pero su desempeño no convencía mucho. Hubo con caja automática de 3 marchas, también 4, pero finalmente la simpleza y eficiencia de la caja manual con 5° fue la que permaneció.
El Toyota Tercel ya no se fabrica y fue cediendo terreno para la consolidación del Corolla y el surgimiento de la versión sedán del Yaris; situación que se mantiene hasta el día de hoy.
Este es otro clásico sedán de fines del siglo XX. Como no, el Nissan V16, sedán familiar, y taxi también por excelencia. Ojo, no quiero ser peyorativo con que se haya usado como taxi. Un modelo de auto se usa como taxi porque es confiable, fácil de encontrar repuestos y relativamente barato en sus mantenciones.
El problema es cuando un vehículo en particular fue taxi, porque tiene más kilometraje del que debería tener por su antigüedad; pero si te quieres comprar un modelo sedán, que se acostumbra a usar como taxi, seguramente estarás haciendo una buena compra desde una perspectiva mecánica.
Otra cuestión que podría afectar la vida útil de un V16, es que se haya usado para carreras clandestinas, cuestión que se estiló y mucho. Si tuvo un pasado racing, quizás tiene algunos maltratos.
Este clásico sedán japonés tenía un motor de 1.6 litros con 110 HP, cuestión que se mantuvo hasta su desaparición del mercado chileno en 2010.
Como su nombre lo dice, el Legacy sí dejó un legado. Estamos frente a quizás, el fundador del segmento de los SUV compactos y los crossovers. Sí, porque salvo excepciones como el Samurai o el Vitara, los SUV siempre fueron grandes, con tracción trasera y una fiel tendencia al 4x4.
El Legacy era un stationwagon, hoy crossover o SUV compacto, con tracción permanente a las 4 ruedas, pero sin reductora. El que sí tenía caja reductora era su antecesor, el Subaru Loyale.
El motor de los Subaru es del tipo bóxer, con una distribución de pistones como la del Escarabajo; diferente de los motores en línea y en V. Tenía 2.0 litros y 135 caballos en su versión más recatada, después hubo un Legacy 2.5 con 165 HP y otro también 2.0, pero turbo y con 276 HP; de ahí salió el Impreza.
SUV compacto, pero de los de verdad, con tracción trasera, 4x4 y caja reductora. El taquilla y juvenil Vitara deslumbró a todos en los años 90. Era tan versátil que podía ser de uso diario de algún joven o el juguete de algún jeepero para el barro o las dunas.
Era como un Suzuki Samurai, pero mejorado, con más potencia y confort. Comenzó con un motor de 1.3 litros, pero fue su versión 1.6 litros, similar al del Baleno, lo que aumentaba las posibilidades de encontrar servicios mecánicos y repuestos.
Este post está lleno de íconos, de clásicos. En este caso me refiero a la mítica Chevrolet LUV, la cual nació mucho antes de los 90, pero fue en esa década donde vivió su consolidación y que sirvió de preámbulo a lo que vendría después con la DMAX y posteriormente con la Colorado.
La LUV se usó para todo; como ambulancia, para el campo, fines de semana, fletes e incluso para el 4x4. De hecho, tenía exactamente el mismo motor que el Chevrolet Trooper de 4 cilindros, 2.3 litros y 110 HP.
Había Chevrolet LUV cabina simple y doble, con tracción simple y 4x4. Hacia fines de los 90, empezó a crecer en cilindrada y potencia hasta dar paso a la DMAX y Colorado, que te comentábamos recién.
También es popular desde antes de los 90, pero también vivió su consolidación en la última década del siglo XX. Incluso, antaño había una estilosa versión hatchback del Honda Civic, muy apetecido a comienzos de los años 70.
El motor del Civic de los 90 tenía 1.5 litros con caja automática de 4 velocidades o mecánica con 5. La 6° generación que va del 95 al 2000 sacó el máximo de deportividad con su motor B16A2 con más de 160 caballos, siendo incluso más rápido y potente que el Audi A3 1.8 Turbo o el Citroen Xsara 2.0.
Una bestia. Quizás, ese es el mejor calificativo que merece la Toyota Hilux, sobre todo la de mediados de los 80 y los 90. Indestructible, potente, capaz de pasar cualquier tipo de ruta y sobre todo fiel.
Si bien comenzó con tímidos motores por debajo de los 2.0 litros y con tracción simple, se consolidó cuando lanzó su exitoso modelo 2.4 litros bencinera, además de las 2.8 y 3.0 diésel.
Si bien también en los 90 aparecía la Mitsubishi L200 en nuestro país, la D21 dejó más huellas. Primero, porque era la competencia natural de la Hilux y segundo, porque tenía una versión SUV, que era la Nissan Terrano; tal como pasaba con la LUV y el Trooper.
No era el caso de la Hilux, donde la versión Surf no tuvo mucha popularidad y la 4Runner eran palabras mayores. Bueno, la Nissan D21 también tenía un motor de 2.4 litros y con prestaciones que tenían poco que envidiarle a la Hilux.
Nació a fines de los 80, pero se posicionó rápidamente. Eso sí, su éxito la llevó a evolucionar muy rápido, cambió de nombre a Terrano II hasta llegar a lo que hoy es la Navara.
Si bien su motor de 134 caballos fue el que más fama tuvo en los 90, en otros mercados había una V6 de 3.0 litros y más de 150 HP. Quizás podrías encontrar algún ejemplar de esta última en zona franca.
En un mundo más ajetreado y caro, los hatchbacks comenzaron a irrumpir con fuerza; funcionalidad, fuerza y juventud como rasgos característicos. Antes de la consolidación de los citycars, los hatchback no necesariamente eran sinónimo de una performance recatada y pobre.
Un ejemplo de esto es el Chevrolet Corsa, el que si bien apareció con un motor de 1.3 litros, tuvo una versión 1.6 litros que volaba junto a cerca de 100 caballos. Del Corsa hubo sedanes y hatchbacks, siendo el primero más destinado para familias y taxis y el otro para los más jóvenes.
Su fidelidad no se cuestionó, pero desapareció luego de la llegada del Spark, el Aveo y el Sail ya en la primera década del siglo XXI.
Recién te hablábamos de él. No tenían el mismo motor, pero pegaba en el palo. El Suzuki Baleno era el otro sedán japonés que había en la época. Como será el éxito del modelo, que Suzuki lo relanzó hace menos de 10 años y hoy es una mezcla entre un sedán y un hatchback.
En los años 90, tenía un motor de 1.6 litros, con 95 caballos y un consumo mixto de 14 kms/l aproximadamente. En ocasiones, su motor se utilizó para potenciar los Suzuki Samurai que se usan hasta el día de hoy para jeepear.
Si bien hoy está en una vereda más secundaria y quizás, algunos peldaños más arriba en lujo, prestaciones y confort, lo cierto es que la Ford Ranger tuvo su época de uso diario, estilo y trabajo.
Nació en los 80, pero en los 90 se consolidó. Primero, porque en los 90, las camionetas de 4 cilindros la rompieron y segundo, porque Ford necesitaba de una hermana menor para la F-100 y F-150.
La Ford Ranger se ofrecía con cabina simple y doble, con y sin 4x4, con motor bencinero o diésel, de 4 y 6 cilindros.
Quizás, parte de su fama se la debe a la serie estadounidense Baywatch, donde había una Ford Ranger amarilla que aparecía siempre en pantalla.
Como Ford es tradicionalista, sin querer, o con, hicieron crecer a la Ranger; la que incluso hoy tiene una opción mucho más pro que la Hilux o la L200 actuales, la Ranger Raptor, que tiene un motor 3.0 litros V6 con bi-turbo y 288 HP.
Lo que el escarabajo representa para Volkswagen, lo hace el Fiat Uno para la marca italiana. El incombustible, fiel y barato Fiat Uno es un verdadero guerrero y en algunas versiones, bastante ágil por lo demás.
Si bien era famoso por su rendidor motor 1.0 litros, su verdadera agilidad, despertó con el mítico motor Fire de 1.4 litros y cerca de 70 HP. Así como el V16, el Fiat Uno es un auto que evolucionó poco, pero que a punta de simpleza, permaneció más de una década en suelo nacional.
En los años 80, Volkswagen revolucionaba el segmento con muchos modelos sedanes, hatchbacks y stationwagons, cuestión que se consolidó más en los 90 con el Passat.
Bajo la plataforma del Audi 80, recordemos que Audi es el primo pudiente de Volkswagen, se lanzaba el Passat que incluso, ofrecía una versión familiar con 4x4.
Llegó a tener motores bencineros de Audi, 1.6 y 2.0 litros y también 1.9 y 2.2 litros, 5 cilindros diésel. Se les veía también con cajas de cambio de entre 3 y 5 marchas.
Ya en los 90, el motor del Passat, o también conocido como Santana, era 2.0 litros con 16 válvulas o de 1.8 litros, pero con 8 válvulas.
Eso sí, el Passat no paró de crecer y deportivizarse, porque a fines de los 90 hubo versiones con motores V6 turbodiésel y 2.5 litros, pero en otros mercados. En el 1999 el motor base que era 1.6 litros se reemplazó por uno 1.8 litros, 5 cilindros y 10 válvulas.
Si bien sus orígenes se remontan a la época de la II Guerra Mundial, fue popular en todas las décadas en que se fabricó. Eso sí, en los años 90 llegó el Escarabajo que se fabricaba en México y no en Brasil o Alemania.
La gran diferencia del escarabajo que llegó a Chile entre el 94 y el 99, es que tenía un motor de 1.6 litros, pero con inyección electrónica. Esto los hacía más eficientes y rápidos. Sin embargo, a los más puristas y fanáticos del modelo, entre los que me incluyo, preferimos las versiones carburadas.
Sí, el Escarabajo mexicano tiene una muy buena respuesta, pero puede ser un dolor de cabeza encontrar, por ejemplo, inyectores para reemplazar. Aún hay muchos Escarabajos dando vueltas por nuestro país.
En los años 80 el SJ408, SJ410 y SJ413 marcaron el camino para el desarrollo del Suzuki Samurai, que vivió su mejor versión desde el año 1995 en adelante con el Samurai II, que tenía un poco más de cilindrada, caballos e inyección electrónica.
Además el Samurai II tenía algunas mejoras en dirección y suspensión que lo transformaron en uno de los favoritos de los jeeperos. También podrás encontrar muchos de estos ejemplares en Chile.