Tanto si compras un auto nuevo como uno usado, desde el momento que empieces a utilizarlo, este comenzará a perder parte de su valor original. Este fenómeno es conocido como depreciación y en él se ven involucrados múltiples factores.
En el caso de los autos nuevos, una vez que salen de la distribuidora, pierden alrededor de un 20% de su valor inicial y, cada año que pasa, lo hacen un 5% más.
Por ejemplo, si en marzo de 2024, compras un Nissan Versa Sense MT, versión de entrada, cuyo precio de lista es de $15.205.645 a la fecha, al momento de sacarlo de la concesionaria, el auto ya tendrá un precio de mercado $12.164.516 si quisieras revenderlo; y seguirá bajando con el paso del tiempo.
La depreciación es mayor durante el primer año porque tú pagas un valor establecido por la agencia y, al momento de salir de esta, el vehículo baja al costo al por mayor, considerándose un valor sin ganancia o utilidad. A su vez, el dinero que hayas pagado por impuestos, permisos y derechos también se pierde.
Kilometraje: El vehículo también se devalúa cuanto mayor sea la cantidad de kilómetros recorridos. Al tener más kilometraje, claramente hay un mayor desgaste de las piezas y más posibilidad de que el auto haya sido expuesto a mayores exigencias.
Daños por accidentes: Si un auto ha sufrido un choque, dependiendo de la magnitud del accidente, pueden reventarse las bolsas de aire, romperse el radiador o torcerse el chasis, además de las consecuencias visibles como la rotura de focos o abolladuras. Todas estas consecuencias repercuten inmediatamente en el precio del vehículo, muchas veces, aunque sean reparadas.
Modelo descontinuado: El auto deja de aparecer en la guía oficial de precios por volverse un modelo viejo. De todas formas, si tienes un auto económico en combustible o pertenece a una marca tradicional, es probable que su valor se mantenga por más tiempo.
Año de fabricación del auto: Este factor puede ser variable dependiendo de la marca (porque una Toyota Hilux del año 2000 puede costar lo mismo que una camioneta china del 2012), sin embargo, no deja de ser importante a la hora de evaluar la depreciación, pues los vehículos que han pasado ciertos umbrales de antigüedad, también pueden tener problemas relacionados con la restricción vehicular.
La cantidad de dueños anteriores: Un auto que ha tenido más de un dueño puede depreciarse con mayor velocidad que uno que solo ha tenido un propietario. De cara a la reventa, es mucho más atractivo un auto que ha pasado por una sola mano, pues generalmente esto es señal de que recibido un buen cuidado y de que el vehículo no ha dado problemas mecánicos que obliguen a su dueño a deshacerse de él en un corto plazo.
El uso que se le brinde al vehículo: Un vehículo que ha sido de uso personal o familiar puede depreciarse menos que uno que ha pertenecido a una flota de transportes, delivery, minería, agricultura o forestal.
Si una persona está comprando un auto usado, este es uno de los factores que debe revisar antes de cerrar el trato, pues los vehículos que han pertenecido a empresas, por un lado, tienen un alto nivel de exigencia y, por otro, al no ser utilizados por sus propios dueños, no siempre son conducidos con cuidado.
La depreciación de tu vehículo es un hecho inevitable. En otras palabras, siempre que compres un automóvil, sufrirás una baja paulatina en su valor. De todas maneras, si adoptas los cuidados necesarios, puedes conseguir que tu auto conserve un buen valor de mercado.
Para ello, necesitas reparar enseguida todo tipo de rotura de cristales, espejos, parabrisas, así como debes reemplazar las llantas gastadas, la tapicería sucia o rota y cualquier otro elemento desgastado o en mal estado. Por otra parte, si has sufrido algún choque o tienes una abolladura, procura arreglarlo en cuanto puedas. ¡Piensa que un vehículo bien conservado será tu mejor aliado a la hora de venderlo!
¿Cómo saber el valor real de un auto?
Entérate de todo lo que ha vivido ese auto usado que quieres comprar con el Informe Autofact. Es la mejor forma de evaluar si el precio está bien o no.
Ya sea que elijas comprar un auto nuevo o uno usado, es importante que tengas siempre presente su proceso de depreciación. Esto significa que el retorno económico que tengas por él, tarde o temprano, será menor al que realizaste al momento de comprarlo.
La demanda del modelo: Para contrarrestar este hecho, puedes optar por aquel modelo que tenga mayor demanda que otro: esto genera que su oferta sea más baja y, en consecuencia, su valor de reventa aumente.
La procedencia del vehículo: Por otra parte, algunas marcas tienden a depreciarse más que otras. Por tal motivo, será conveniente que investigues un poco más sobre este punto antes de invertir tu dinero en tu próximo auto.
Como puedes ver, la depreciación es algo inevitable, pero si sigues todos estos consejos conseguirás que tu vehículo pueda mantener un nivel mínimo de desvalorización en el mercado que te permitirá maximizar la cantidad de dinero que recuperes una vez que decidas venderlo en el futuro.
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